Las Tecnología de la información y comunicación (TIC) son
aquellos dispositivos, herramientas, equipos y componentes electrónicos,
capaces de manipular información que soportan el desarrollo y crecimiento
económico de cualquier organización (Thompson y Strickland, 2004); aunque las
TIC`s y su empleo llevan más de dos décadas de su surgimiento, en nuestro país
y en nuestra educación no son tan frecuentes siendo estas tan necesarias en la
ayuda de los participantes, tanto profesores como alumnos, a superar esas
barreras de tiempo y distancia, obstáculos de esta sociedad tan avanzada que
requiere un cambio y un nuevo refrescamiento en el proceso de
enseñanza-aprendizaje; Porter (2000) sostiene, que no es importante por sí
mismo el uso de las TIC`s, pero es fundamental si afecta la ventaja competitiva
y la estructura del sector donde opera.
La educación no solo debería
estar orientada a consolidar un conocimiento meramente académico, científico o
de una disciplina específica, ya que, la sociedad actual se encuentra en una
constante aceleración de su ritmo y deben cubrirse otras necesidades; Para Osorio
(2002), una sociedad transformada por las ciencias y la tecnología requiere que
los ciudadanos mejoren sus saberes científicos y técnicos y puedan satisfacer
sus necesidad de diversa índole, sean estos profesionales, utilitarios, democráticos,
operativos, incluso metafísicos y lúdicos, por otra parte, para Maldonado (2007)
“La información y la tecnología para un individuo
o sociedad que está en constante cambio y
que requiere de un alto poder de adaptación,
será un factor que le permitirá acceder a una perspectiva de futuro, a un
posicionamiento claro de cuáles son sus
realidades y cuáles serían las mejores decisiones a tomar”.
Estas mejoras en el
proceso de enseñanza-aprendizaje no serán posibles a menos que se realicen
dentro de un contexto de inclusión social, es decir, logrando (o intentando)
que todos sus participantes tengan las mismas oportunidades. Cuesta (1998),
plantea, que no se pueden adoptar todos los nuevos avances tecnológicos, sin
antes considerar los posibles efectos colaterales que se producirán en el
entorno político, económico, social, educativo, cultural y ambiental, así como
también en los diferentes niveles geográficos; local, nacional e internacional.